Este domingo, la capital recibió nuevamente a Billie Joe Armstrong y a su banda. La lluvia no fue impedimento para que los asistentes cantaran, saltaran, gritaran y lloraran con sus canciones.
El domingo hizo un día precioso. Me levanté desde las siete de la mañana, ansiosa, porque había llegado el día de ver a una de mis bandas favoritas de la vida. El sol era intenso, salí e hice las cosas que una mujer independiente intenta hacer en un fin de semana: hacer oficio, visitar a los papás, comprar las cosas que hacen falta en la casa y regresar. Mis audífonos siempre estuvieron conmigo, la música de Green Day me acompañó todo el día. Tenía que estar lista a eso de las 5:30 p.m., venían por mí a las seis. Elegí mi outfit, que combinaba perfecto con uno de los álbumes más emblemáticos de la banda liderada por Billie Joe Armstrong: ‘American Idiot’. Body negro y falda roja con cuadros blancos. Me sentía con 13 años otra vez. Me maquillé, miré la ventana de mi cuarto y el sol seguía iluminando a Bogotá como si estuviéramos en pleno verano. No me preocupé. A las seis de la tarde llegó mi taxi, y me fui para el Vive Claro. Era mi primera vez allá, la mía y la de mucha gente. También tenía muchas expectativas del nuevo escenario, quería ver qué tan grande era, cómo se escuchaba la música en vivo, y si cumplía con todo lo que los influencers nos han contado sobre él.
El cielo era surreal. Una variedad de azules y naranjas se mezclaban en el cielo como su fueran uno solo. El atardecer era perfecto. Me atreví a pronunciar las palabras que un bogotano promedio jamás debería decir: ‘No va a llover’. Estaba tan segura, pero no pude estar más equivocada. Tenía miedo de llegar al lugar, no quería perderme, pero iba bien de tiempo. No fue tan difícil ubicarme, entré y reclamé mi acreditación. Caminé casi diez minutos hasta llegar al escenario, y me sorprendí de lo grande que es. Para ese momento, un muy buen amigo mío también llegó al lugar, nos encontramos, nos tomamos una cerveza y buscamos un buen lugar junto a dos amigos más. Eran las siete de la noche, aun faltaba mucha gente por llegar. Nos sentamos a conversar sobre música, conciertos y experiencias. Se nos pasó el tiempo volando, ya eran las siete y media.

Las luces del escenario se encendieron y apareció un letrero gigante en la parte posterior del escenario con el nombre Bad Nevers. Desde Reino Unido, la banda británica llegó a Bogotá para abrir el concierto. Una buena elección repleta de punk con aires a The Clash, Radioactivity, Jay Reatard, los Ramones y los Buzzcocks, fue el calentamiento perfecto para lo que se venía después. Tocaron durante una hora varias canciones que los han hecho famosos en Europa y Estados Unidos. ‘Neversleep’, ‘Bad’, ‘Car Crash’, entre otros sencillos hicieron temblar el suelo del Vive Claro, mientras su vocalista, Bobby Nerves, preguntaba con entusiasmo si estábamos preparados para recibir a Green Day. Por supuesto que sí, muchos habíamos esperado ese momento toda la vida.





